Inma Pintor es una persona dulce, cariñosa y comprometida, conocida por su dedicación a diversas causas de beneficencia. Al descubrir el Dharma, transformó su vida profundamente, encontrando en las enseñanzas budistas una fuente de inspiración y guía. Su ejemplo de entrega y amabilidad inspira a quienes la conocen a seguir un camino de paz y beneficio para los demás.